Los diez mandamientos son bien famosos hoy en día aunque la mayoría de la gente no los sabe. El quinto mandamiento es diferente a los demás porque tiene una promesa apegada a ello:
Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. (Éxodo 20:12)
Pablo dijo en Efesios 6:1-3,
Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo. «Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa—para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.»
La familia es la unidad social más fundamental de la sociedad. Respeto para los padres se traslade a respeto para los gobernantes. Si se falta el primero, pronto tendremos escasez del otro. Por eso Dios añade la promesa—para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra. El pueblo que no respete a los padres es un pueblo sin justicia. Es un pueblo sin orden.
Este mandamiento no es sólo para los hijos de menos de 18 años o los que viven en casa de sus padres. Es para todos nosotros que tenemos padres. Claro que la relación entre padre e hijo cambia a través de los años, pero el mandamiento sigue igual—hay que honrar a nuestros padres. Cuando estamos pequeños, hay que obedecerles. Cuando somos grandes, hay que respetarles y honrarles aunque no estamos bajo su autoridad. Dios ha puesto autoridades en nuestras vidas—padres, al principio, y gobernantes.
Dios quiere lo mejor para su pueblo. Si nosotros no honramos a nuestros padres e incluso los gobernantes, no vamos a poder experimentar la paz y seguridad que él quiere para nosotros.
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