martes, 31 de julio de 2012

Interpretación es Fundación

Al nivel más básico, la interpretación bíblica es fundamental para el crecimiento espiritual de cada creyente. Sin ella, no se puede echar raíces ni aprovecharse de las sustancias del suelo para fortalecer el tronco y extender las ramas. Hay una diferencia entre un árbol sano y uno que es marchito.

Hoy en día es bien difícil encontrar con maestros y predicadores que nos alumbran el texto de la Escritura en vez de usarla como trasfondo a sus propias ideas y fabricaciones. No importa si la persona empieza con la escritura o no porque no nos lleva al significado del texto.

Por ejemplo, considera este pasaje:

Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que yo también pueda regocijarme al saber cómo se encuentran ustedes; pues no tengo a nadie con ese mismo ánimo, y que con tanta sinceridad se interese por ustedes. Porque todos buscan su propio interés, y no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocen los méritos de él, que ha servido conmigo en el evangelio como sirve un hijo a su padre. Así que espero enviarlo a ustedes tan pronto vea yo cómo van mis asuntos, y confío en el Señor que yo también iré pronto a ustedes.
(Filipenses 2:19-24, RVC)
Puedo imaginar un bosquejo de un sermón “basado” en este texto:
1) Reunir con la iglesia debe de ser emocionante2) Reunir con la iglesia es más importante que mis propios intereses3) Reunir con la iglesia es una responsabilidad de la familia4) Reunir con la iglesia debe de ser uno de nuestros anhelos
El problema es que ninguno de estos puntos proceden del texto—son ideas del maestro que quiere que su congregación venga a la iglesia todos los domingos. Es bueno reunir con la iglesia, pero ¿qué tiene esto que ver con las palabras de Pablo? Este pasaje tiene muchas aplicaciones e implicaciones que quizás tienen algo que ver con "reunir con la iglesia," pero es mejor enfocar en lo que Pablo quería que Timoteo hiciera y el ejemplo que Timoteo fue para la iglesia de los Filipenses y para nosotros hoy en día.

Cuando leemos la Biblia, tenemos que buscar entender lo que el autor quería comunicar. El sentido viene del texto. Nosotros no podemos dar sentido a la Biblia; ya lo tienen. Cuando aprendemos lo que el autor quería decir, entonces podemos buscar las implicaciones generales y aplicaciones personales que tienen un base firme en el texto, no en mis propios temas favoritos.

jueves, 19 de julio de 2012

David Brainerd: perdió su vida para salvarla


Acabo de leer un librito gratis de John Piper llamado David Brainerd: May I Never Loiter on my Heavenly Journey (David Brainerd: Que Yo Nunca Holgazanee en mi Viaje al Cielo). Se trata de un hombre joven que era misionero a los indígenas del noreste de lo que es los Estados Unidos hoy en día. Aunque murió a los 29 años, su impacto ha sido tremendo a través de su diario que fue publicado después de su muerte.

Sufría de tuberculosis, una enfermedad de los pulmones que en ese entonces fue terminal. Muchas veces en sus depravaciones se quejaba de su tos con sangre y el dolor extremo que sentía en su cuerpo. Luchaba con la depresión y la soledad. Después de pasar unos pocos años predicando el evangelio a los indígenas, pasó sus últimos días en la casa de Jonathan Edwards. Cuando murió, Edwards organizó el diario de Brainerd y lo publicó. Fue el libro más vendido de todo lo que Edwards publicó, y ha sido una fuente de inspiración y ánimo para cristianos, especialmente misioneros, por centenarios. Muchos se dedicaron a la proclamación del evangelio por el testimonio de Brainerd.

Ninguno de nosotros sabemos cuando nuestra vida se extinguirá. Pero Dios lo sabe y lo ha planeado desde que antes de que existiéramos. El propósito de la vida de Brainerd era predicar el evangelio, sufrir mucho, y servir como inspiración para miles de cristianos que lo seguirían en la obra evangelística que queda.
Luego llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.
Marcos 8:34-35, RVC

lunes, 16 de julio de 2012

Introducción a Santiago 4, parte II


Cipriano de Valera, primer editor de la Biblia que conocemos como la Reina-Valera, incluyó muchas notas en la Biblia que publicó en 1602.


Valera nos da su resumen del capítulo cuatro de la carta de Santiago:
Habiendo mostrado la causa de los pleitos y debates, y la de todos los bienes, exhorta a amar a Dios, y a sujetarse a él y a no murmurar del próximo, y a estar pendientes de la providencia divina.
(Reina-Valera 1602, ligeramente editado y actualizado)
La providencia parece como una de esas palabras que sólo se usa en la iglesia y que no tiene valor fuera de sus puertas. Pero no es así.

Jerry Bridges, autor cristiano, dice en su libro Confiando en Dios Aunque la Vida Duela,
“…la iglesia ha usado históricamente la providencia de Dios para referirse a su constante protección y gobierno sobre toda la creación… La providencia de Dios es su constante cuidado y gobierno absoluto sobre toda su creación para su gloria y el bien de su pueblo. Observe de nuevo, los términos ilimitados: Preocupación constante, gobierno absoluto, toda creación. Nada escapa a su cuidado y control, incluso el virus más pequeño.” (p. 27)
Cuando digo que Dios controla todo, ¡estoy hablando literalmente! Sabiendo esto, es posible que Dios tiene otros planes para nuestras vidas de los nuestros. Tenemos que estar listos para cambios, sean un nuevo empleo o el cáncer, porque Dios es soberano y sus planes superan los nuestros. No sabemos si Dios está al punto de decirnos, “Tu trabajo queda completo, ven a mi presencia.” En sus notas del capítulo cuatro, Valera lo resume así:
“Es menester que nos sujetemos a la voluntad y providencia de Dios.”
Soli Deo Gloria. A Dios sea la gloria.

miércoles, 4 de julio de 2012

Introducción a Santiago 4, parte I


Cipriano de Valera, primer editor de la Biblia que conocemos como la Reina-Valera, incluyó muchas notas en la Biblia que publicó en 1602.


Valera nos da su resumen del capítulo cuatro de la carta de Santiago:
Habiendo mostrado la causa de los pleitos y debates, y la de todos los bienes, exhorta a amar a Dios, y a sujetarse a él y a no murmurar del próximo, y a estar pendientes de la providencia divina.
Jacobo (Santiago) muestra que la causa de los pleitos y debates no es nada menos que nuestras propias pasiones. No es que todo lo que anhelamos sea malo, sino que valoramos nuestros deseos más que a nuestros hermanos ¡y hasta más que a Dios mismo!

A comparación con nuestros deseos equivocados, “nos desea el Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros.” Dios ofrece “gracia a los humildes.” ¡Cuán grande es el amor de Dios que trata a nuestro egoísmo con tanta generosidad!

lunes, 2 de julio de 2012

Introducción a Santiago 3


Cipriano de Valera, primer editor de la Biblia que conocemos como la Reina-Valera, incluyó muchas notas en la Biblia que publicó en 1602.


Valera nos da su resumen del capítulo tres de la carta de Santiago:
Exhorta a huir la ambición, y a refrenar la lengua, cuya naturaleza describe. Que la conversación sea sin envidia, y contención. Y cual es la verdadera, y la falsa sabiduría. (Reina-Valera 1602ligeramente editado y actualizado)
Me interesa que dice, “Exhorta a huir la ambición.” Valera refiere al primer versículo de esta epístola que dice:
Hermanos míos, no se convierta la mayoría de ustedes en maestros. Bien saben que el juicio que recibiremos será mayor. (RVC)
Tiene dos notas en particular acerca de este versículo. En cuanto a la palabra “maestros,” él dice, “Muy censores de los otros.” También en cuanto al “juicio” dice, “Porque los que severamente condenan a los otros siendo también ellos culpados, provocan la ira de Dios contra sí.”

Este es la primera vez que he encontrado esta interpretación. Básicamente Valera piensa que Jacobo está advirtiendo a sus lectores de no criticar tanto a otros cristianos. Aunque se puede encontrar este tema en otros lugares de la Biblia (por ejemplo, Mateo 7:1), Jacobo no habla de eso. Si fuera así, diría “no se convierta ninguno de ustedes en maestros.” Tampoco se identificaría con los que critican como hace diciendo “recibiremos.”

La verdad es que Jacobo exhorta a sus lectores a tener cuidado en cuanto a enseñar a los demás. En la iglesia hay mucha gente que quiere compartir sus ideas acerca de la Biblia, pero no todos pueden ser maestros. Es una gran responsabilidad de ser maestro y Dios juzgará más severemente a los que enseñan a los demás.

Valera ha sido una luz para la gente de habla española. Su enseñanza me ha ayudado mucho. La equivocación de Valera aquí nos recuerda de la verdad de Santiago 3:1, “Hermanos míos, no se convierta la mayoría de ustedes en maestros. Bien saben que el juicio que recibiremos será mayor.”