Cuando una persona cree el evangelio y se convierte en cristiano, hay una cosa que uso para predecir si van a crecer en su fe o estancarse: la lectura bíblica. Si un nuevo creyente se compromete a leer la Biblia diariamente, habrá cambios en él casi inmediatamente. Si se contenta con ir a la iglesia de vez en cuando y sólo abre su Biblia durante el sermón, va a estancarse y quizás retirarse de la comunión de los santos. Esto ocurre primero con los estudios bíblicos—deja de asistir, y luego deja de asistir a la iglesia cuando se reúne cada semana.
Alguien lo ha comparado a una brasa que se saca del fuego. Al principio es muy caliente y parece que puede sobrevivir a solas, pero pronto se demuestra que no es así. Se enfría y pierde su habilidad de calentar a su alrededor. Los que leen sus Biblias tienen ganas de entender mejor lo que han leído. Por eso asisten a un estudio bíblico y los servicios semanales para aprender de sus hermanos en la fe y animarse los unos a los otros.
Si eres recién convertido te animo a leer tu Biblia. Algunos libros son más fáciles de entender que otros, así que te animo a leer los cuatro Evangelios, Hechos, y 1 Juan. Estos libros son más claros que otros libros. De ahí puedes leer lo que tú quieres (Salmos y Proverbios son también más fáciles que otros), pero recomiendo que lo haces con la ayuda de otro creyente de tu iglesia que te puede guiar. Hay muchos sitios en el internet que te pueden bendecir o causar tropezar. Un creyente en tu iglesia te será de más provecho que un sitio desconocido del internet.
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