miércoles, 29 de febrero de 2012

La Trinidad en Salmo 33


Salmo 33:6 RVC
Con su palabra, el Señor hizo los cielos;
todo lo creado lo hizo con un soplo de su boca.
Juan 1:2-3 RVC
La Palabra estaba en el principio con Dios.
Por ella fueron hechas todas las cosas.
Sin ella nada fue hecho de lo que ha sido hecho.

De vez en cuando encuentro un nexo entre el Antiguo Testamento y el Nuevo que no reconocía antes. Este es uno de ellos. Por mucho tiempo los eruditos han reconocido que los primeros 14 versículos del Evangelio según Juan son un tipo de poesía. Casi cada creyente sabe que los Salmos son poesía también.

Cuando leo algo como esto donde y paralelo tan claro, me pregunto si el escritor en el Nuevo Testamento intencionalmente quería aludir al pasaje del Antiguo Testamento o si su mente había sido renovado (Rom. 12:1-2) por leer la Escritura tanto que le afectó su forma de hablar y escribir. Por lo menos puedo decir que hay un nexo entre Juan 1:2-3 y el Salmo 33:6 sea que Juan lo reconocía cuando lo hizo o no.

Cristianos han alegado que cuando el Antiguo Testamento refiere a la “palabra del Señor” en cuanto a la creación, que eso era Dios el Hijo. También han alegado que el “soplo” del Señor representaba al Espíritu Santo. Así que en Salmo 33:6 se ve la santa Trinidad: El Padre (“el Señor”), el Hijo (“su palabra”), y el Espíritu Santo (“soplo de su boca”). Cuando Dios creó todo, toda la Trinidad participó.

En el Evangelio según Juan, el autor quiere mostrarnos que Jesús realmente es Dios. Para sus lectores judíos muestra que Él era esa palabra del Antiguo Testamento. Como los judíos estaban bien familiarizados con los Salmos, sería bien difícil no reconocer lo que estaba haciendo Juan en estos primeros versículos (con alteración mía):

Salmo 33:6 RVC
Con su palabra, el Señor hizo los cielos;
todo lo creado lo hizo con un soplo de su boca.
Juan 1:2 RVC
Por [la Palabra] fueron hechas todas las cosas [por el Señor].