Aunque hay una
multitud de opciones, el creyente necesita ser más selectivo en cuanto a lo que
él verá o no. No debemos de tomar decisiones acerca de lo que dejaremos entrar
en nuestros ojos y oídos (o los de nuestra familia) sin considerar cómo el
programa o la película relaciona a nuestra vida en Cristo. Él nos llama a una
vida de santidad.
Considerando
esto, tengo algunos pensamientos acerca de cómo podemos buscar edificarnos con
nuestras decisiones en cuanto a las películas en vez de deshacer la santidad
que Cristo está construyendo en nosotros:
- Busca lo virtuoso. Pablo les escribió a los filipenses: “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello” (Fil. 4:8, RVC). Debemos de mirar películas que nos hacen pensar en estas cosas. Esto no significa que no podemos ver películas que incluyen personajes que pecan, pero sí significa que no debemos de ver películas que glorifican al pecado.
- Evita lo malo. Pablo también advirtió a los efesios: “No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, con el cual ustedes fueron sellados para el día de la redención. Desechen todo lo que sea amargura, enojo, ira, gritería, calumnias, y todo tipo de maldad” (Ef. 4:30-31). Aunque Pablo tenía en mente las actitudes y acciones de sus lectores, el principio aplica a las cosas con las que nos entretenemos. Aunque usualmente hay algo de provecho y algo dañoso en cada película, el uno no siempre es mayor del otro.
**Conectados es un ministerio
de Enfoque en la Familia con críticas
y advertencias en cuanto a las películas en el cine y recientemente disponibles
para comprar. Te lo recomiendo mucho.**
No hay comentarios.:
Publicar un comentario