miércoles, 29 de agosto de 2012

Jonás y la Providencia de Dios



Cipriano de Valera, primer editor de la Biblia que conocemos como la Reina-Valera, incluyó muchas notas en la Biblia que publicó en 1602.

Huyéndose Jonás de Judea a Tarsis por no ir a predicar a Nínive donde Dios lo enviaba, y enviando Dios una grande tempestad en la mar, los que lo llevaban en su navío conocen por suerte (guiándolo así la Providencia de Dios) ser él la causa de la tempestad, como así él se lo confesó luego, y por su misma sentencia ellos lo echaron a la mar, y la tempestad cesó, lo cual (junto con lo que Jonás les había dicho) fue causa que ellos conociesen y adorasen al verdadero Dios.
(Resumen de Jonás 1, Reina-Valera 1602)
Dice en Proverbios 16:33 que “Las suertes se echan en el regazo; pero el resultado depende del Señor.” ¿Alguna vez has pensado que Dios controla todo lo que pasa? Es difícil imaginar, pero es la verdad. Dios es tan grande, tan inteligente, tan poderoso, que todo lo que pasa es parte de su plan que ha tenido desde la eternidad.

Eso es lo que quiere decir la Providencia de Dios. Esto incluye todo lo bueno y todo lo malo, pero Dios no es culpable del pecado ni goza de ello. Considera el ejemplo de Jonás. Dios envió una tempestad. Hizo que la suerte recayó en Jonás. Preparó un pez enorme. Creo que hasta la huida de Jonás, aunque fue pecado del profeta, fue parte de la Providencia de Dios. ¿Por qué? Porque Dios quería que esos marineros “conociesen y adorasen al verdadero Dios.”

Si Dios controla el resultado de las suertes, ¿crees que es por casualidad que una persona muera en un choque de automóviles mientras que otra sobreviva? No. Aunque nos puede doler pensar que las cosas malas son parte del plan de Dios, imagina lo contrario. Imagina si todo lo malo en la vida no tuviera propósito, sino fuera un accidente cósmico y sin sentido.

Los marineros perdieron sus enseres por causa de la tormenta. Pero la tormenta que tanto les dolió fue causa de su encuentro con el Dios verdadero. No se debe menospreciar la Providencia de Dios.

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