viernes, 24 de agosto de 2012

Josué y la Ley de Dios


En su resumen del primer capítulo del libro de Josué, Cipriano de Valera, el editor de la Biblia que conocemos como la Reina-Valera, 1602, dice esto:
Anima Dios a Josué a la empresa de la conquista de la tierra de Promisión prometiéndole su asistencia, y al fin la victoria consumada. Sobre todo le encarga a la continua lección y observancia de su Ley.
Para Valera, el leer las Escrituras era de suma importancia para el cristiano. Después de centenares de disputas acerca de creencias y doctrinas, la disciplina de estudiar la Biblia todavía es tan importante para nosotros hoy en día como fue durante la Reforma Protestante. No importa si nuestras enseñanzas tienen autoridad de pontífices o concilios si no tienen la autoridad que sólo viene de la correcta interpretación de la Biblia.

En cuanto al versículo 8, que dice, “Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien” (RVC), Valera nota:
Lo que Deut. 17:18 se mandó al rey que leyese &c, se manda aquí a Josué: vergüenza para los príncipes cristianos que no lo lean.
Si realmente queremos conocer a Dios, amarle como debemos, y disfrutar de su salvación, es necesario saber lo que Él nos dijo en su Palabra. No importa si seamos reyes, príncipes, o gente pobre, todos debemos estudiar la Palabra de Dios. El hombre se puede equivocar, pero Dios nunca lo hace. Por eso no debemos confiar en las enseñanzas de otras personas sin averiguar si realmente vienen de la Biblia o no.
Que todos nosotros nos encarguemos “a la continua lección y observancia de su Ley.”

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