Nada de lo que Dios creó puede esconderse de él, sino que todas las cosas quedan al desnudo y descubiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas.Hebreos 4:13, RVC
Creo que los eventos de Boston, Massachusetts, nos recuerdan de la verdad de que Dios todo lo ve. La policía y el FBI identificaron muy rápidamente a dos hombres que creían que eran responsables por las dos bombas. Esto fue gracias a todas las fotos y grabaciones de celulares y cámaras en la calle donde las bombas explotaron. En un par de días todo el país sabía sus nombres, su descendencia, y muchos detalles de sus vidas desde su nacimiento hasta las cosas que hicieron en la preparatoria y la universidad. Todo fue al descubierto.
Cuando estos hombres se dieron cuenta de que no podían ocultarse, mataron a una guardia de MIT, secuestraron a un hombre y le robaron su carro. Dentro de 24 horas uno fue matado y el otro capturado después de sufrir injurias en un enfrentamiento con la policía.
Quizás estos dos hombres pensaban que podían evitar ser reconocidos entre todas las personas que estaban allí ese día. Si fue así, se equivocaron grandemente porque uno está muerto y el otro tendrá que enfrentarse al sistema de justicia americano. Y los dos tendrán que rendir cuentas ante Dios.
Yo sé que en lo personal es muy fácil olvidar que Dios me ve. Por cada uno de mis pecados y decisiones yo tendré que rendirle cuentas. No puedo evitar sus “cámaras” que me rodean y graban muchísimo más que las de la gente de Boston. Esta verdad nos debe de causar detenernos y considerar nuestras acciones, actitudes, y motivaciones. Dios me ve. ¿Estoy viviendo conforme a su voluntad, o es que sólo pienso en mi a la exclusión de Él y sus deseos para mi vida?
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